sábado, 15 de octubre de 2022

Tejidos rotos

 A lo largo de nuestra cida hemos creado una serie de conexiones con las personas que han formado o forman parte de nuestras vidas que van tejiéndose como una gran tela conformada por todo aquello que compartimos y creamos con esas personas.


Esta tela se va instalando dentro de cada uno de nosotros y van a ir creciendo y transformándose dependiendo de la relación que tengamos con las distintas personas que pasan por nuestra vida. 


Hay personas que llegan a nuestra vida y los vínculos que creamos con ellos carecen de la menor relevancia; su impacto en nuestras vidas es limitado y por tanto la conexión que generamos con ellos es limitada de manera que no nos repercute de ninguna manera, ni positiva ni negativa,  cualquier posible suceso o cambio que se produzca en la realidad que compartimos con ellos.

 

Por otro lado, existen conexiones que incluso en un pequeño intervalo de tiempo pueden generar un impacto y relevancia en nuestars vidas hasta el punto de incluso influrenciar en la forma en que vemos nuestra realidad. En este caso, este tipo de conexiones acaban tejiendo una gran tela que va uniendo a esas dos personas cada vez más hasta el punto de crear una nueva y única realidad que solo esas dos personas compartir y percibir.

 

En ocasiones, estas relaciones pasan por ciertos acontecimientos que alteran la evolución y desarrollo de esa conexión; llegando incluso a dejar una marca comparable a la que puede observarse en una tela que sufre un descosido. La única amanera de arreglarlo es volviendo a coser sobre la parte dañada. El problema es cuando en ocasiones esas alteraciones que sufre una tela requieren de algo más que unos puntos de costura y es necesario colocar un parche sobre la zona dañada.

 

En las relaciones personas sucede algo parecido a lo que he descrito. Hay ocasiones en que los daños que causamos a nuestras relaciones personas con el debido interés y cuidado pueden repararse y no afectar de manera alguna a la evolución o percepeción de esa conexión o relación. Pero en otros casos el daño provocado es tan grande que la única solución posible es recurrir a "parches". 

 

Para poder entender el significado de estos parches metafóricos debemos pensar en ellos como esas ocasiones en las que decidimos dar una segunda oportunidad a una relación; ya sea amorosa, de amistad o incluso de familia. Podemos poner todo nuestro esfuerzo y voluntad en volver a recuprear aquello que sentíamos, que nos unía bajo una misma tela tejida entre nuestras almas y sin duda el poder de nuestro amor por esa persona, junto con la capacidad de aceptar que nuestra condición humana nos llevar a comer errores a causa de un innumerable conjuinto de circunstancias que nos influyen a la hora de comportarnos o de tomar decisiones pueden ayudar a seguir construyendo y tejiendo esa relación.


El problema radica en estos casos en la dificultad para continuar una relación, del tipo que sea, sin que estas heridas parcheadas afecten o condicionen negativamente para siempre. Un daño de este tipo, aunque se esfuerze en curar o parchear puede en cualquier momento el resurgir de un dolor asociado a una circunstancia del pasado. Se trata, por tanto, de un esfuerzo y sacrificio notorio por impedir que se rompan los diques que contienen ese dolor.


En conclusión; pese a que se trate de algo doloroso debemos asumir que existen momentos en nuestra vida en que la relación que tenemos y la conexión que creamos con ciertas personas va a ser dañada de una manera irreversible. Podremos ser capaces de luchar por reparar y consolidar nuestra relación con estas personas de nuevo pero debemos escucharnos a nosotros mismos antes de tomar la decisión de consumir nuestras energías en hacerlo y saber qué es lo que nos dice nuestra alma; que muchas veces nos advertirá de que ciertas personas tarde o temprano volverán a causarnos dolor o que los parches llegará un punto en que no serán suficientes para contener el dolor de un pasado que ya nos ha marcado para siempre en nuestra relación con esa persona. Si bien es cierto que lo dicho anteriormente es importante tenerlo presente, también debo decir que solo hay una manera en esta vida de conseguir sentir paz interior con nosotros mismos y de poder reconciliarnos con nosotros mismos.


Esta reconciliación parrte de la necesidad de perdonar, siempre e independientemente de la decisión que tomemos y pese a que hayan personas que dejemos atrás en nuestras vidas debemos siempre recurrir al perdón para con los que nos hirieron como para con nosotros mismos. Es la única manera que tenemos  de llevar esta vida sin  que sintamos el peso de nuestro pasado en nuestros hombros.


Una vez que aprendamos a perdonar seremos capaces de soltar el dolor que atormenta nuestra mente con recuerdos de un pasado de dolor y seremos capaces de continuar el sendero de nuestra vida sin el peso del recuerdo; seremos capaces de volver a querernos a nosotros mismos y de permitir a los demás entrar en nuestras vidas sin el miedo o las sombras del recuerdo de un dolor pasado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario